jueves, 8 de abril de 2010

Quietud y Silencio

  • ¿Cómo se establece la quietud?.... Mediante el movimiento.
  • ¿Cómo se regresa al silencio?.... A través del sonido.


 Quietud 
Para que tu postura de meditación sea más firme y cómoda, de manera que tu cuerpo no sea una distracción en el proceso de profundizar y expandir tu conciencia, puedes antes de iniciar tu práctica, calentarte por medio de estiramientos que activen la circulación sanguinea, lubriquen las articulaciones y coyunturas, fomenten el óptimo funcionamiento del sistema glandular y, a su vez liberen tensión muscular. 

Esto perimitirá que a la hora de sentarte a meditar tu cuerpo esté más relajado y libre de incomodidades y dolores. También te ayudará a disminuir o evitar el endurmecimiento de las extremidades, tanto inferiores como superiores. El resultado es una quietud corporal que puedes sostener con mayor facilidad, y por un tiempo más prolongado.

Una vez lograda la estabilidad física, pronto y naturalmente tu respiración empezará a fluir a un ritmo más suave y tranquilizante. Lo que hará que tu mente poco a poco, y sin mucho esfuerzo comience a centrarse, regulando su energía, disipando su actividad fragmentada y disminuyendo su velocidad hasta acoplarse al movimiento lento y afable de tu respiración. Es así cómo los cimientos de tu postura se arraigarán, haciendo que tu viaje interior sea más seguro y placentero.

Silencio
A veces el concepto o la noción preconcebida que tenemos de silencio mental, dada por libros y oradores, puede resultar un tanto engañosa sin una previa aclaratoria, y hasta nos puede llevar a la frustración o al desaliento en nuestra práctica meditativa. 

El silencio durante la meditación, en contraste con el silencio exterior, no es tanto la ausencia de sonidos, sino más bien un reposo mental libre de movimiento. Este estado de concentración sin esfuerzo trae unidad a la mente y permite que las distracciones, tanto internas como externas, coexistan sin perturbarnos, ni alterarnos. La analogía del mar resulta muy útil para acercar el entendimiento de esta experiencia:

- Cuando parados a la orilla del mar decidimos entrar, las olas primeramente nos baten de un lado a otro, en ocaciones nos tumban, en otras nos levantan y nos bajan, pero a penas nos sumergimos encontramos la serenidad, y nos damos cuenta de que el oleaje y su estruendo incesante continúa en la superficie, pero aqui adentro, en la profundidad, encontramos quietud y a medida que vamos más hondo más silencio hay.

En este silencio mental que puede interpretarse como quietud mental, la mente descansa dentro de sí misma en un espacio sin acción. A este estado se le puede llegar de distintas maneras, pero el método con que concuerdan la mayoría de las tradiciones meditativas es mediante el uso de un mantra, es decir mediante el sonido.

Mantra es un sonido que nos brinda un espacio para el descanso mental, a la vez que despierta nuestra conciencia, y nos atribuye sus cualidades implicitas. 

La repetición mental o verbal del mantra, comienza a crear un campo magnético que inicialmente absorbe las energias dispersas de la mente, y luego va abarcando y llenándola por completo, dejando así que descanse en su interior, es decir que se pose en su sonoridad. Cuando el final del mantra empieza a unirse al comienzo del mantra, el sonido se entreteje fusionándose en una totalidad sin principio ni fin, en ese momento las repeticiones cesan y la presencia del mantra se torna absoluta. Es ahí que la mente se estaciona unida, alerta y tranquila, en silencio.

Mantras Sugeridos Para Meditar

Los siguientes mantras son aptos para todo meditador, y no requieren al comienzo la supervisión o guía inicial de un maestro. Puedes elegir cualquiera para tu práctica.
  •  Om Mani Padme Hum.
  • So'ham.

Que los obstáculos en tu camino cedan con cada paso que des hacia adelante, y que siempre mires hacia tu práctica con entusiasmo y determinación. 

Paz.

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